Existen amplios y diversos significados asociados a la masculinidad, sin embargo la gran mayoría están influidos significativamente por el sistema patriarcal. Los mandatos patriarcales normalizan que muchos hombres se conduzcan por la vida con una serie de creencias las cuales le dañan a sí mismo, a las personas que lo rodean y al entorno. Cuestionar estos mandatos, privilegios y costos que implica el aprendizaje patriarcal es clave para la transformación cultural, dicha labor se promueve desde estos espacios reflexivos.

Para sanar hay que despatriarcalizar: La perspectiva de género es una herramienta que nos permite reconocer cómo la desigualdad de género es un problema que nos afecta todas las personas, principalmente a las mujeres y otras poblaciones históricamente discriminadas. Es un marco conceptual que facilita construir estrategias para cuestionar y desarticular diversas formas de violencia, luego de que estas son reconocidas. En estos espacios busco evidenciar cómo la categoría género define la forma en que viven las personas, los mandatos culturales, el ejercicio del poder, la violencia sistemática, así como el cuestionamiento del binarismo de género como uno de los principales cimientos de los patriarcados.

La alta peligrosidad del VIH radica en el estigma y la desinformación existente con respecto al virus. Las personas que viven con VIH históricamente se han enfrentado valientemente a diversas formas de discriminación, habilitar espacios reflexivos donde se brinde información científica sobre la infección, así como generar empatía hacia las personas que viven con ella es un camino clave para avanzar en la reducción del estigma. La medicina contemporánea ha logrado grandes avances en materia de prevención y tratamiento del VIH, los espacios de capacitación que facilito se centran en profundizar tanto en la información como en la sensibilización sobre este tema.